Una mezquita escondida entre ladrillos rojos
Una mezquita entre ladrillos rojos
Una de las cosas que me llamó la atención de Mánchester fue que estaba casi toda vestida de rojo. La mayoría de las casas y edificios son de ladrillos de ese color, como si alguien se hubiera empeñado en diseñar una ciudad monocromática. Este efecto se acentúa más en los suburbios, donde ni siquiera las iglesias escapan al color favorito de los «manchesterianos».

Un día, caminando cerca de la «Curry Mile», vemos escondidas -detrás de uno de esos callejones sin fondo tan típicos de la ciudad- unas cúpulas verde-agua que -por su forma y color- resultan extrañas en ese paisaje.

Nos adentramos en la callecita y vemos que se trata de una mezquita, ubicada detrás de un centro de nombre muy inglés.

Al principio, pienso que la puerta principal está ubicada en uno de los laterales, pero me equivoco: para ver la entrada, que se encuentra al final de ese callejón sin fondo, sólo hay que dar la vuelta y apreciar las reformas de estilo que se le hicieron al edificio original.


En una de las puertas de la mezquita, vemos un señor que está acomodando cosas detrás de la puerta. No vemos ninguna otra persona en ese lugar y de pronto tenemos que apurar el paso porque hay que tomar el colectivo para partir de la ciudad.
Algo más sobre la cultura árabe en Mánchester
En la ciudad de Mánchester, la cúltura árabe está muy presente, sobre todo en algunos barrios. Hay una calle, la «Curry Mile» donde se puede degustar la cocina de Medio Oriente y la India y conocer algo de esas culturas. Podés seguir leyendo algo más en:
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