Un paseo por el río Li
Poco después de haber llegado a Yangshuo, alguien nos dijo que la mejor manera de conocer las montañas de cerca era alquilar una moto y adentrarse. Intentamos seguir ese consejo, aunque por razones de precio y de azar sólo conseguimos una moto-scooter eléctrica. A la pobre, le costaba un poco subir los caminos que bordean la montaña, pero no se puede negar que cumplió su tarea con extrema dignidad.
El primer día que salimos, después de perdernos un poco, llegamos a un lugar de la ribera del río Li, donde se pueden contratar viajes en botecitos de bambú.
Pero en ese punto, los botecitos son caros, y más para los turistas extranjeros que pasan desprevenidos y sin yuanes (habíamos puesto todos en la seña de la moto). Por eso decidimos continuar, no sin antes caminar un rato para estirar las piernas.
Retomamos la ruta y más adelante encontramos casitas y chacras. Poco a poco, nos fuimos metiendo en un camino que, en cada metro que avanzábamos, se hacía más estrecho y más pedregoso.
Al final del camino, encontramos otro «puestito» de barcas de bambú. Estas eran considerablemente más baratas que las anteriores, pero tampoco teníamos dinero para hacer un paseito. Igualmente nos quedamos un rato, conversando a señas y en mandarín básico, con los timoneles, mientras disfrutábamos del paisaje.
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