Savannakhet en bici: pedaleando la paz de Laos
Savannakhet en bici: pedaleando la paz de Laos
Junto con el «primer día oficial» en Laos llegó la hora de salir a explorar Savannakhet en bici. Alquilar una fue muy fácil, ya que encontramos un puestito casi a la salida de la casa de huéspedes (sin embargo, se pueden encontrar puestitos por todas partes) y también muy barato (un dólar por dos o tres horas).
Las bicicletas no eran muy nuevas, pero funcionaban bastante bien y durante el viajecito no tuvimos ningún problema. Algo que me llamó la atención (no sólo en Savannakhet sino en otros lugares de Laos) es que no se pide garantía alguna para alquilar las bicicletas, lo que me hace pensar que nunca hubo ningún tipo de problemas de robos o averías.
La ciudad es muy tranquila, pues en cada rincón, se respira, se huele y se siente ese andar del tiempo tan característico de Laos. Comenzamos por aquello que primero nos llamó la atención: un templo. Pudimos entrar sin problema, porque no había nadie. Eso nos dio un poco de miedo, porque no sabíamos hasta donde podíamos pasar, o si en todo caso había algún lugar vedado a los turistas. Por otra parte, teníamos un poco de miedo con respecto a nuestras sandalias, ya que en los templos (y también en algunos lugares de las casas particulares) suele ser obligatorio descalzarse.
Afuera, pudimos sacar otras fotos de aquellas casitas que parecían más pintorescas, con un poco de arquitectura hindú y otro tanto de arquitectura colonial. Como podemos apreciar, algunas tienen colores basante vivos y muchas parecen recién pintadas.
Las calles, en su mayoría de tierra arcillosa, nos esperaban con los restos de la lluvia del día anterior.
Terminamos el recorrido en la costanera. Del otro lado del río, asomaba silenciosa Tailandia. Dicen por ahí que la relación entre ambos países es muy buena.
Y nuevamente, como quien quiere y no quiere la cosa, volvemos a empezar el recorrido. Esta vez, comenzamos con un templo…