No es el Sheraton… es el hotel Sherston de Moscú
No es el Sheraton….
Estimado Google:
Le escribo para avisarle una cosa: no es el Sheraton, es el Hotel Sherston de Moscú,
Sin otro particular, lo saludo atentamente y le deseo que comprenda que tiene que refinar sus motores de búsqueda.
Muchas gracias.
Antes, durante y después de reservar el hotel Sherston de Moscú, Google se empeñaba casi siempre en hacerme el mismo chiste: guiarme hasta el Sheraton de la misma ciudad. No señor, no por favor, viajo en plan económico, así que lo que busco es el Sherston, el modesto Sherston de las afueras de Moscú.
Cómo llegamos al hotel Sherston de Moscú
Hay veces en que la sobre-oferta puede marear al cliente, como me sucedió en Moscú cuando intenté buscar alojamiento. Había tantos alojamientos, que era difícil elegir uno. De entrada, descartamos los mini-hoteles-cubículo del centro de la ciudad con habitaciones de cuatro metros cuadrados. Así fue que llegamos a la primera opción, el hotel Sayani, con muy buen precio pero con fotos algo «sospechosas» para un hotel de dos estrellas en Rusia. A pesar de las dudas, hice la reserva porque se podía cancelar gratis y, finalmente, cuando investigué un poco más y descubrí que el hotel estaba bastante alejado del centro y de cualquier estación de subte, terminé cancelando la reserva.
La segunda opción fue el hotel Sherston (como dije antes, no era el Sheraton). Era otro hotel bastante barato, que estaba ubicado a un kilómetro de una estación del subte. Como las reseñas decían que no era tan difícil llegar, lo tomamos, no sin ciertas dudas y sin saber qué nos depararía el destino.

Y por fin, a la una de la madrugada
Llegamos a la puerta del Hotel Sherston de Moscú casi a la una de la madrugada. Aunque el barrio estaba un poco alejado del centro, el acceso fue bastante fácil por ser cercano al metro. Primero seguimos el mapa y después les preguntamos a unos chicos que habían salido fuera de unos monoblocks a tomar un poco de aire. No hablaban mucho inglés, pero entendimos para dónde había que ir.
Casi cuando llegábamos, nos encontramos con un grupo que salía de un casamiento y que también estaban buscando ese mismo hotel. Resultó que uno era peruano que vivía en San Petesburgo, el mundo es pequeño, así que nos pudimos comunicar sin problemas.


Camitas pequeñas y extraño sistema de canillas
Como en toda Rusia, las camitas eran un poco más pequeñas de lo habitual y las canillas del baño eran un intrincado laberinto….
