Isla Lamma – La isla de atrás de Hong Kong
Un viajecito a la isla Lamma
Hong Kong está conformada por una parte continental -una península- y por varias islas. Algunas, como la isla Lamma, se encuentran un poco alejadas de la zona central y por eso sólo se puede acceder a ellas por medio del ferry. El viaje hacia la isla Lamma toma, aproximadamente, cuarenta y cinco minutos y trae consigo la sensación de navegar por mar abierto, aunque el trayecto sea relativamente corto. Es algo extraño ir dejando -poco a poco- la gran urbe de rascacielos y mirar, a través de la ventana del barco, como la ciudad se va haciendo cada vez más pequeña, mientras que -al mismo tiempo- comienzan a divisarse islotes cada vez más dispersos en el océano.
Al llegar a la costa de la isla Lamma y pisarla por primera vez, sentí mucha tranquilidad y una extraña sensación de vacío de gente. Ningún vehículo a motor está permitido allí, donde únicamente hay calles sobre las que sólo pueden circular bicicletas y peatones.
La pequeña villa te recibe con restaurantes típicos de mar, aunque a nosotros nos dio la bienvenida con una lluvia que nos obligó a buscar cobijo en la puerta de una casa vieja.
Además, se puede caminar por casi toda la isla, explorar sus montañas y descansar en las playas escondidas. Uno de los fenómenos más característicos del lugar son unas tortuguitas de mar, que cada año llegan para desovar en la costa. Para poder apreciarlas, hay que estar en el momento justo y a la hora señalada y nosotros -lamentablemente- llegamos en la temporada equivocada.