Belleza en verde
Esta belleza descasa todos los días cerca del malecón. Su dueño la deja ahí a propósito, sabiendo -acaso presintiendo- que ningún turista podrá resistirse a echarle un vistazo.
El verde claro, casi manzana, de su cobertura contrasta con el cuero celeste de sus asientos interiores que se extiende hasta sus puertas. Para completar tanta elegancia, un volante caoba acompaña el blanco de sus paneles interiores.
No debe haber nada mejor que tanta belleza para conocer los secretos de una ciudad como La Habana, sintiendo el sol y la brisa en la cara. Lamentablemente, no pudimos hacer el recorrido (se ofrecen tours de una o dos horas), pero queda el recuerdo de las fotos y de la charla amena con el conductor.